Baides es un pequeño pueblo de Guadalajara. Marcos se instaló allí hace un año y de inmediato solicitó una conexión a Internet. Y nada. Ningún operador le ofrecía nada más allá de la velocidad del módem.
Como él, miles de hogares españoles viven aún desconectados o con conexiones extremadamente pobres. En su caso, encontró la solución con la ayuda de Christian Rodler, un alemán pionero en la provincia de Guadalajara que se encontró con el mismo problema hace ya más de 15 años y acabó montando una empresa que se dedica precisamente a ofrecer banda ancha.
Ensinca nació en el año 2003 por la necesidad de sus fundadores de acceso a Internet y la ausencia de oferta de los proveedores existentes.
La compañía llega a más de medio centenar de pueblos de la provincia de Guadalajara, a través de unos 80 repetidores.
Para ahorrar costes, esta empresa recurre en general a los repetidores de televisión analógica de los ayuntamientos.
Variedad de usuarios
La filosofía de Ensinca es dar servicio a los vecinos donde se pueda.
El perfil de los usuarios de este tipo de Internet rural no es el de 'urbanitas' que buscan refugio en pequeños pueblos, sino parejas entre 30 y 60 años. ¿Cuál es su motivación principal? Sus hijos, que están en edad escolar y necesitan cada vez más conexiones para ayudarse en sus estudios y relacionarse con compañeros del colegio que en muchas ocasiones están desperdigados en poblaciones a varios kilómetros de la suya.
A pesar de todo, la velocidad de descarga a la que puede acceder es aún baja.
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